Ayer soñé que me despedía de vos,
soñé que finalmente mi cabeza te abandonaba,
pero a mi alma le costaba un poco más.
Estaba yo y mi incoherente necesidad de encontrar tu sonrisa al verme parada justo en frente de tu puerta,
con el corazón en la mano y alguna lágrima que en ese instante dejaba de pertenecerme,
lágrima amarga llena de un "te amo" perdido en mi garganta y un "te extraño" decapitado.
Apretaba mis manos esperando que intuyeras mi presencia a través de esa puerta,
para que fluyeran de mi boca las palabras justas para que sintieras cuanto anhelaba tu regreso.
Y sueño:
Te necesito tanto.
Y perdón,
porque mis miedos y la poca confianza que me tengo son mas fuertes que el coraje que me llevó hasta donde estoy parada,
perdón por el orgullo que me abunda y no te merece...
te necesito,
¡quedate conmigo!
mi alma clama sentir la tuya.
Soñé que me alejaba de la puerta que nos separaba,
casi como símbolo de la grieta que ninguno de los dos va a volver a saltar para unirnos.
Y en ese sueño la angustia desapareció.
Porque me fui.
Porque dejé de vivir(te),
y comencé a vivir(me).
Aunque el miedo de una vida vacía me asuste,
la esperanza de encontrarme me da coraje.
Desperté tranquila, me sentí feliz,
y aquello que se me sentaba arriba del alma cada vez que te pensaba salió corriendo y no volvió.
Pero cuando tus recuerdos más fuertes vuelven a mi cabeza y la sofocan,
pienso en un final distinto,
donde, por esas locas casualidades,
hubieras sentido lo mismo,
y en ese momento me quedo a vivir.
En ese momento saldrías por la puerta que antes me perturbaba,
y correrías a abrazarme,
y yo prometería no soltarte más...
prometería cuidarte más.
De alguna forma,
cuidar la vida,
o al menos al motivo.
Cuidar (nos).
soñé que finalmente mi cabeza te abandonaba,
pero a mi alma le costaba un poco más.
Estaba yo y mi incoherente necesidad de encontrar tu sonrisa al verme parada justo en frente de tu puerta,
con el corazón en la mano y alguna lágrima que en ese instante dejaba de pertenecerme,
lágrima amarga llena de un "te amo" perdido en mi garganta y un "te extraño" decapitado.
Apretaba mis manos esperando que intuyeras mi presencia a través de esa puerta,
para que fluyeran de mi boca las palabras justas para que sintieras cuanto anhelaba tu regreso.
Y sueño:
Te necesito tanto.
Y perdón,
porque mis miedos y la poca confianza que me tengo son mas fuertes que el coraje que me llevó hasta donde estoy parada,
perdón por el orgullo que me abunda y no te merece...
te necesito,
¡quedate conmigo!
mi alma clama sentir la tuya.
Soñé que me alejaba de la puerta que nos separaba,
casi como símbolo de la grieta que ninguno de los dos va a volver a saltar para unirnos.
Y en ese sueño la angustia desapareció.
Porque me fui.
Porque dejé de vivir(te),
y comencé a vivir(me).
Aunque el miedo de una vida vacía me asuste,
la esperanza de encontrarme me da coraje.
Desperté tranquila, me sentí feliz,
y aquello que se me sentaba arriba del alma cada vez que te pensaba salió corriendo y no volvió.
Pero cuando tus recuerdos más fuertes vuelven a mi cabeza y la sofocan,
pienso en un final distinto,
donde, por esas locas casualidades,
hubieras sentido lo mismo,
y en ese momento me quedo a vivir.
En ese momento saldrías por la puerta que antes me perturbaba,
y correrías a abrazarme,
y yo prometería no soltarte más...
prometería cuidarte más.
De alguna forma,
cuidar la vida,
o al menos al motivo.
Cuidar (nos).
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